El agua, una dispensación celestial

Al pensar en todos los elementos que componen la creación, fuera del maravilloso aire que respiramos resalta de una forma única e imprescindible, el agua!

Si nos ponemos a mirar entre todos los paisajes que definitivamente podrían llenarnos de asombro por la complejidad exótica de toda la belleza que la componen, veríamos un común denominador en cada una de ellas, o están rodeadas de agua, o un río espectacular lo bordea y en muchos casos un apacible lago lo adorna.

Este maravilloso planeta tierra el cual Dios creó para nosotros como habitad, está cubierto de un 71 % de agua, nuestro cuerpo está compuesto de un 60 %, el cerebro de un 70%, la sangre de un 80 % y los pulmones de un 90 %, con esta información a la mano podríamos verdaderamente ver lo indispensable de esta maravillosa sustancia!

Por alguna razón que desconocemos, pero que definitivamente radica en Dios, el agua es uno de los elementos más importantes de la creación!

Cómo dejar de mencionar el disfrute de llegar a la playa y sentir la suave brisa del mar con ese olor distintivo y ser cegado por el resplandor del sol sobre la superficie del océano.

No creo que podría hablar por toda la raza humana pero a mí particularmente y a los que me son cercanos siempre nos llenó de motivación y deseo saber que podíamos ir a la playa o al río o a la piscina en el peor de los casos.

Pero bajando a un grado más común entre todos, el deleite de lavarnos las manos, lavarnos la cara, darnos un buen baño en cualquier momento que lo necesitemos, el disfrute de un vaso de agua fría en medio del calor y a la verdad no hay nada que quite la sed más que el agua.

Hace un poco más de 20 años mi consumo de agua se reducía a unos cuantos sorbos al día, por lo cual padecía de muchos problemas de salud y mi apariencia personal avanzaba mi edad.

Gracias a Dios que ninguno de esos problemas de salud eran algo grave sino más bien eran pequeñas señales que evidenciaban que necesitaba un mejor estilo de vida y entre otras cosas consumir más agua.

Debo de mencionar como testimonio personal que luego de que añadí a mi dieta diaria un gran consumo de agua, comencé a sentirme mejor, a digerir las cosas mejores, me sentía con un poco más de energía y al pasar de los años creo que hasta rejuvenecí un poco. Luego de meditar entre muchas cosas y pensar como la publicidad Y el mercadeo mundial han sustituido la verdad, como lo han hecho muchas filosofías a lo largo de la historia en contra de la verdad de Dios y su creación, poseyendo tantas evidencias en todo lo creado, sin dejar de mencionar que las huellas dactilares de Dios se encuentran esparcidas por todo el universo! Si! Las grandes Corporaciones Con el afán de ser los que producen mayores ganancias, nos tienen saturados de tantas cosas que no necesitamos, y las que verdaderamente necesitamos pasan muchas veces desapercibidas por la ignorancia que nos domina.

Y pensando en todas estas cosas creí importante el dejar mi imaginación correr a alas sueltas, viajando a remotos lugares donde más allá del tiempo muchos hombres del pasado, determinados a encontrar lo soñando, no repararon el poner sus vidas en peligro para alcanzar lo anhelado.

Recordé al gran conquistador Ponce De León, el mayor exponente de la creencia del agua de la Fuente de la eterna juventud.

Honestamente desconozco la trascendencia que originó tan exigente búsqueda, a la que dedicó la mayor parte de su vida.

Pero por lo que menciono todo esto es simplemente por qué entiendo de que muchas historias y leyendas del pasado provienen de otras lenguas que muchas de ellas pueden estar muertas, y teniendo conocimiento de que hay técnicas que te podrían ayudar al entender y traducir muchos textos del pasado haciendo exégesis perfecta de muchos de ellos, en las traducciones que van pasando de mano en mano puede perderse mucha sustancia que oscurecería lo buscando.

Y pensé que de la misma forma en la que pensaron que podía haber una fuente determinada, en un lugar determinado que tuviera un agua determinada que diera la juventud, creo que más bien era que en el agua de la fuente estaba la eterna juventud, en el agua, simplemente el agua.

Por eso al pensar en esta maravillosa sustancia, cuando la necesitemos no la desperdiciemos y más bien la cuidemos de cualquier contaminación que pueda dañar su bendición.

Demos gracias a Dios por el bienestar que nos da en todas las cosas que él creo para nuestro beneficio y recreación.

By Angelo Contreras.